Las liendres, los huevos de los piojos, son uno de los primeros indicios en los que nos fijamos en caso de infestación. Este momento del ciclo de vida de los piojos es apasionante, y conocerlo en profundidad es crucial para luchar contra ellos de manera eficiente. Además, sus especiales características hacen de la liendre un mundo que nunca termina, muchas de ellas en forma de curiosidades debido a que no son conocidas por la población y resultan sorprendentes. ¿Quieres conocer cuáles son las curiosidades de las liendres?

El pegamento de las liendres, tan resistente como el cemento armado

Hemos comentado en otras ocasiones lo difícil que es separar las liendres del pelo. ¿El causante? El pegamento natural utilizado por las hembras para adherir sus huevos al cabello. El mismo logra que, aunque la persona afectada se mueva, se frote e, incluso, se lave exhaustivamente, las liendres no se muevan ni un milímetro.

De hecho, este pegamento es tan resistente como el cemento armado. Podemos retirarlo (con dificultad) debido a la pequeñísima cantidad utilizada para cada uno de los huevos, pero su resistencia es superior a prácticamente cualquier pegamento que se comercializa. Realizado a base de quitina, los piojos logran de esta manera mantener las liendres en un lugar seguro mientras se desarrollan.

Además, este pegamento resiste muy bien el paso del tiempo. Es tan potente que, incluso aunque no haya infestación, los cascarones vacíos de los huevos pueden quedarse adheridos al pelo durante semanas. En estos casos puede parecer que el problema persiste, y se hace necesario prestar atención al color de la liendre para saber si sigue viva o no. ¡Y es que esta no se va a desprender una vez haya nacido el piojo!

Las liendres y sus colores

Las liendres tienen un color marrón suave pero, si has sufrido de un caso de pediculosis, te habrás dado cuenta de que no siempre es así. De hecho el color de las liendres nos puede ayudar a saber si estas siguen vivas o si, por el contrario, se encuentran vacías.

Los tipos de colores que nos podemos encontrar son las siguientes, aunque pueden variar levemente en función de distintos factores:

  • Marrones: Las liendres vivas que se están desarrollando tienen un piojo en su interior. Este, al ser todavía muy pequeño, es semitransparente, pero lo suficientemente ‘visible’ como para teñir el huevo.
  • Marrón blanquecino: Existen algunas liendres que no terminan el desarrollo de manera correcta. En estos casos el piojo muere en el interior del huevo sin llegar a nacer. La liendre, que sigue adherida, comienza a secarse, y el tono marrón que tenía empieza a suavizarse. En general, y como no podemos estar seguros de que el piojo esté vivo o no, se suelen consideran durante los tratamientos como si fueran liendres normales.
  • Blancas: Una vez el piojo nace y sale del cascarón la liendre se queda vacía. Ya no se encuentra dentro el insecto que le da ese color marrón tan característico, por lo que se queda exclusivamente con el tono del propio huevo (que es blanco). En estos casos, si sabemos diferenciarlas, debemos tener claro que no son una fuente de infestación, ya que no puede salir de ellas ningún parásito que se reproduzca con posterioridad.

¿Por qué hacen ‘clic’ cuando aplastamos las liendres?

aplastar liendre

Las liendres son huevos muy resistentes. No solo están adheridas al cabello por un pegamento increíblemente sólido, sino que el propio cascarón está preparado para soportar grandes presiones y resistir a cualquier inclemencia. A diferencia de la secreción utilizada por la hembra y que está hecha de quitina, la vaina está hecha de un polímero complejo compuesto por varios tipos de moléculas. Esta estructura, junto con la forma que tiene (pequeña y ovalada), le permite aguantar cualquier cambio en el entorno.

Cuando apretamos una liendre (es necesario hacerlo con ayuda de algo duro, ya que con la yema del dedo no es suficiente) la estamos sometiendo a una presión bajo la que, finalmente, acaba cediendo de manera espontánea. Es en este momento cuando el cascarón se rompe de golpe, emitiendo el conocido ‘clic’ que escuchamos.

El lugar escogido para poner la liendre: cuanto más calentito mejor

¿Te acuerdas cuando hablábamos de la enorme cantidad de liendres que pone un piojo al día? Las liendres son adheridas al cabello siguiendo una elección por parte de la hembra. Debemos tener en cuenta que esta debe desarrollarse en un ambiente cálido. No podemos olvidarnos de que estas se están desarrollando y de que, para que esta fase concluya con éxito, los piojos que están dentro de la vaina deben tener una temperatura constante.

Para lograrlo, las hembras depositan los huevos a un milímetro del cuero cabelludo, ya que este es una fuente de calor que pueden aprovechar para incubarlas. Conforme crece el cabello la liendre se va separando de esta zona, pero el desarrollo concluye antes de que se separe lo suficiente como para enfriarse. De hecho, los piojos suelen nacer cuando la liendre está, más o menos, a cuatro milímetros de la cabeza.

Resistentes como un tanque, pequeñas como el diámetro de una aguja

Tanto las liendres como la secreción que las adhiere al cabello son muy resistentes, pero a veces no somos conscientes de cuánto. Existen muchos padres y madres que intentan aplicar ciertos tratamientos con la convicción de que estas resistencias cedan, aunque en general suelen ser infructuosos. Esto es lo que sucede, por ejemplo, con el vinagre o con el calor. Y es que las liendres resisten a la plancha del pelo la cual, por cierto, no es capaz de acercarse a ellos lo suficiente como para transmitir el calor. ¡Es más probable que se termine quemando el pelo antes que dañar los huevos del piojo!

El vinagre, por su parte, es utilizado con la creencia de que es capaz de disolver la quitina de la que está compuesta el pegamento que sujeta la liendre al cabello. Aunque se trata de un ácido que sí que influye en este tipo de material, lo cierto es que no lo hace con suficiente rapidez como para ser efectivo. Sería necesario mantener el cabello de la persona afectada en vinagre durante más de un día seguido para que fuera capaz de disolver parte de este compuesto natural.

No todas las liendres terminan convirtiéndose en piojos…

Alrededor del 10% de las liendres no terminan en piojos. En estos casos el huevo permanece adherido al cabello, pero el insecto no llega a salir nunca del cascarón. Nos puede parecer un número elevado, pero el hecho de que los piojos sean capaces de poner tantos huevos durante el transcurso de su vida hace que se puedan permitir una tasa de fracaso que ronde ese porcentaje sin que la capacidad de infestación se vea mermada.

La duración de la infestación se puede saber según dónde estén las liendres

Como hemos visto las liendres permanecen adheridas al cabello, si no se eliminan, semanas después de que el piojo haya nacido. Por eso, si tenemos en cuenta que el pelo sigue creciendo, seremos capaces de saber cuándo se produjo el inicio de la infestación con solo observar la distancia de la liendre más antigua del cuero cabelludo.

Foto de cabecera:  Gilles San Martin