La historia de los piojos se remonta a mucho antes de la existencia del ser humano tal y como lo conocemos en la actualidad. En pocas palabras: estos parásitos nos han acompañado desde siempre. Y es que los insectos en general, y en especial los causantes de la pediculosis, se han sabido adaptar tan bien a la evolución del medio que nunca han estado en peligro de extinción. Así, esta plaga de parásitos ha acechado desde la más alta alcurnia del renacimiento, pasando por reyes y nobles de la edad media, hasta habitantes que vivieron hace miles de años antes de Cristo. Si para eliminar al enemigo primero tienes que conocerlo, entonces la pregunta está clara: ¿Cuál fue el piojo más antiguo? ¿De dónde vienen los piojos?
En ¡Help! Piojitos somos conscientes de las molestias que causan los piojos, y día a día seguimos innovando para que su eliminación sea rápida y completamente natural. Pero en nuestra historia reciente (y, obviamente, en periodos anteriores) este problema no ha sido tan fácil de solventar (no había centros especializados en la eliminación de piojos y liendres tan avanzados como ahora). De hecho este problema siempre ha existido, y cada cultura lo ha sabido tratar de una manera diferente.
De todas las investigaciones realizadas por antropólogos y profesionales que han analizado la evolución sociocultural del ser humano se extrae algo muy sorprendente: ninguno de nuestros antepasados ha sabido cómo eliminar los piojos de manera permanente. Y esto no solo porque los remedios que utilizaban no eran del todo eficientes, sino porque las fuentes de contagio eran mucho más abundantes que en la actualidad. En fin, que los piojos eran parte del día a día de cualquier zona y cultura.
Piojos en los barcos de guerra del siglo XVII
Los barcos pertenecientes a los siglos más cercanos al que vivimos actualmente eran un claro ejemplo de un ecosistema donde los piojos, pese a tener menos individuos en los que alimentarse, proliferaban sin remedio. A pesar de los intentos por las tripulaciones de mantener bajo control a la plaga, esta seguía apareciendo de manera habitual.
Las lendreras eran la herramienta más utilizada para tal fin, tal y como se puede extraer de los muchos objetos encontrados en barcos de los siglos XVII y XVIII. El Vasa, el único navío del siglo XVII que ha sobrevivido casi intacto hasta nuestros días, albergó en su increíble naufragio (increíble porque no avanzó prácticamente nada) muchos objetos interesantes sobre la cultura del norte de europa. Entre ellos, como no podía ser de otra manera, una lendrera en perfectas condiciones utilizada para frenar la infestación de piojos y liendres entre la tripulación.
Los numerosos escritos y diarios de abordo encontrados en este tipo de navíos contaban la odisea que suponía no solo el viaje en sí, sino la problemática del día a día asociada con estos parásitos. Los piojos, de esta manera y gracias a su capacidad de pasar desapercibidos durante las limpiezas, conseguían aparecer una y otra vez en las cabezas de los pobres tripulantes.
Edad media y renacimiento, piojos entre los pobres y entre los ricos
Si nos remontamos un poco más atrás encontramos que los piojos venían, también, haciendo de las suyas. La población tenía muchos y muy graves problemas (generalmente otras enfermedades mucho más peligrosas) como para preocuparse de este tipo de plagas, pero lo cierto es que en las casas también existían objetos que han llegado a nuestros días y que corroboran que la pediculosis hacía acto de presencia.
La nobleza, mucho más enfocada a mantener una imagen digna y pulcra, estaba mucho más concentrada en eliminar estos parásitos. Por esta razón es común encontrarnos en museos relacionados con estas épocas lendreras, en algunos casos lujosas, que tenían como finalidad ayudar a los más ricos a quitar los piojos y liendres. La fundación Lázaro Galdiano, por ejemplo, conserva en su museo una lendrera de marfil del siglo XVI.
En la Edad Media lo más común, debido a la pobreza y a que la artesanía en este aspecto estaba centrada menos en este tipo de artículos, era cortar el pelo y utilizar pelucas. Por parte de las clases más altas era típico utilizar un tipo de polvos con los que intentaban ‘ahogar’ a los piojos, aunque no eran soluciones que llegaran a buen puerto. Las lendreras se encontraban menos extendidas, a pesar de que también existían y eran utilizadas por aquellos que podían permitírselas.
Pelucas para todos en el antiguo egipto
Uno de los periodos más antiguos y de los que no pensamos que tuvieran este problema cuando vemos películas o leemos textos relacionados con ellos son el antiguo Egipto. Pero nada más lejos de la realidad. En esta época los piojos estaban a la orden del día. De hecho, numerosos escritos encontrados reflejaban que los sacerdotes más cercanos al faraón recomendaban, para evitar esta molesta plaga, raparse todo el cuerpo. Esta línea también aparecía comentada, de manera un poco menos expresa pero existente al fin y al cabo, en textos y poemas de la época.
Para mantener una imagen altiva, la solución era el uso de pelucas. Estas, a pesar de que también se encontraban infestadas de parásitos, tenían la ventaja de poder permanecer lejos del cuero cabelludo en momentos de intimidad. Así, al menos, podían dormir tranquilos.
Lo más curioso es que los piojos y liendres no afectaban de manera más intensa al pueblo llano, debido a que los piojos encuentran dificultades para alimentarse si existe demasiada suciedad y mugre. Por esta razón se puede decir que los piojos, cuanto más atrás en el tiempo nos desplazamos, afectaban más a las clases altas ya que estas disponían de agua con la que lavarse.
Restos de liendres y piojos se han encontrado en los numerosos objetos encontrados en las tumbas egipcias y que ponen de manifiesto que todo lo anterior era un problema real.
Los primeros piojos encontrados: del 4000 antes de Cristo
Para terminar, y a modo de curiosidad para demostrar lo que comentábamos al principio, se han encontrado restos de piojos y liendres que datan de hace más de seis mil años. Sin ir más lejos, en la conocida como ‘Cueva del Tesoro’ en Nahal Mishmar se han encontrado cinco liendres de esta época. Este hecho nos confirma que la existencia de los piojos y liendres ha venido acompañando al ser humano desde el principio de los tiempos.
Conclusión: los piojos están desde siempre, pero ahora podemos eliminarlos
Los piojos han estado con nosotros desde tiempos inmemoriales, pero ahora la batalla contra ellos es más sencilla. Y, lo que es más importante, está al alcance de todos. Tenemos nuevas herramientas y profesionales especializados que permiten que esta plaga no dure más que los tratamientos realizados en los centros especializados en la eliminación de piojos y liendres (generalmente unos pocos minutos). ¿Qué habría pensado el faraón de turno si hubiera visto lo fácil que es eliminar piojos en la actualidad? No lo podemos saber, pero seguro que se iluminaría la cara.