Niña con una liendre cogida a un cabello

Niña con una liendre cogida a un cabello

La pediculosis capitis, comúnmente conocida como ‘piojos’ o ‘piojos de la cabeza’, es una afección que, por las molestias que causa y los problemas derivados que tiene, hay que tratar en cuanto se detecta. Debemos tener en cuenta que, al ser una plaga, cuanto más tiempo pase más se extenderá y más difícil será su eliminación. Los piojos y las liendres, en ese sentido, y al tener un proceso reproductivo tan rápido, son muy aparatosas. En pocos días podemos tener una colonia muy numerosa si no se corta a tiempo. Para evitarlo existen varios tratamientos distintos que procederemos a exponer a continuación.

Tratamientos químicos

Lociones, champús, geles… son algunos de los ejemplos que copan supermercados y farmacias y que nos prometen la erradicación de liendres y piojos. El problema es que la resistencia de estos insectos obliga a los laboratorios que las producen a utilizar componentes activos cada vez más agresivos que, aunque están aprobados y no conllevan peligro, muchos padres no están dispuestos a utilizar.

Su uso suele ser muy sencillo, siguiendo los pasos que recomiendan en sus instrucciones, siempre evitando el contacto con mucosas o con zonas sensibles (ojos, boca, nariz, etc.). En caso de que suceda hay que lavar con abundante agua. El seguimiento posterior debe ser muy exhaustivo ya que, en muchos casos, la plaga se debilita pero no desaparece en su totalidad, y se termina reproduciendo de nuevo.

Remedios caseros

Los remedios caseros como tratamiento para la pediculosis se encuentran muy extendidos entre los padres que no quieren utilizar productos químicos en sus hijos cuando estos presentan un cuadro de pediculosis. Suelen conllevar el uso de infusiones (eucaliptus, romero, etc.), vinagre o ajo.

Recomiendan aplicarlos para, a continuación, tapar el cabello con una bolsa durante varias horas para que hagan efecto.

Este tipo de remedios encaminados a la eliminación de los piojos y las liendres suelen debilitarlos y, aunque resultan menos agresivos e irritantes que los tratamientos químicos, son muy

poco efectivos.

Tratamientos físicos

Los tratamientos mecánicos o físicos consisten en la eliminación física de la plaga. En estos casos no se intenta que el parásito se muera, sino que se quite para que no vuelva a reproducirse en el huésped. Lendreras profesionales e instrumentos profesionales de aspiración suelen ser las mejores opciones. Todo ello, si se gestiona por un experto, es la opción menos intrusiva y eficaz (si se hace correctamente la plaga no vuelve a aparecer), siendo la mejor opción para padres que desean respetar la salud de sus hijos y terminar con su problema de pediculosis.