Cuando pensamos en piojos y liendres hay una solución que nos viene siempre a la cabeza: los champús y lociones antipiojos. Y es que en nuestra cultura se ha encontrado ampliamente extendida la creencia de que este tipo de fármacos (casi todos ellos a base de productos químicos insecticidas) es la única solución contra este tipo de parásitos. En este sentido, y aunque muchas familias siguen utilizándolos, debemos ser conscientes de que no es el único tipo de tratamiento ni el más eficaz, y sus efectos secundarios los hacen dañinos para la salud de las personas y poco recomendables.
Tal y como se publica en la PubMed Central con respecto a los piojos, el tratamiento con champús y lociones contra este tipo de parásitos es uno de los remedios más extendidos en la actualidad alrededor del mundo junto con los remedios naturales (por ejemplo el vinagre o el aceite del té) y los tratamientos mecánicos. Aun así podemos nombrar suficientes causas por las que pediatras y profesionales médicos de todo el mundo no los consideran soluciones recomendables.
Champús y lociones: los más pequeños entran en contacto con sus componentes químicos
¡Cuánto se está hablando de los componentes químicos de los champús y lociones antipiojos! Hay que tener en cuenta que este tipo de soluciones se basan en la utilización de insecticidas (llamados ‘pediculicidas’ por su acción sobre los piojos) y componentes similares para agredir al piojo o a su fase larvaria (cuando todavía están dentro de la liendre). Los productos utilizados con este fin, además, suelen encontrarse cada vez en mayores cantidades con la intención de superar la barrera de ‘resistencia’ cada vez más extendida entre estas especies.
El uso de los champús contra piojos resulta, desde este punto de vista, poco recomendables, ya que hacen que los más pequeños (que suelen ser los más afectados por la pediculosis) entren en contacto con sustancias nocivas que penetran en su piel y que terminan formando parte de su cuerpo. En este sentido el cuero cabelludo (como cualquier otra zona del cuerpo con piel) actúa como una puerta de entrada, absorbiendo los productos químicos.
La eficacia de los champús en entredicho
Cuando pensamos en los champús en seguida dudamos de ellos porque conocemos algún padre o madre que, tras haber intentado erradicar la plaga durante varias semanas, no lo han conseguido. Efectivamente, la eficacia de los champús y lociones suele ser relativamente baja, ya que son incapaces de eliminar todos los miembros que provocan una infestación. Y, recordemos, con solo uno vivo que quede podemos volver a tener cientos de liendres en solo tres semanas.
En general los pediatras informan de una recaída tras un tratamiento aparentemente exitoso con champús y lociones de más de un 70% de los niños. Un porcentaje muy elevado que, además, puede provocar una futura resistencia a los pediculicidas ya que los individuos supervivientes suelen ser los que menos se ven afectados por el insecticida y, al final, los que tienen descendencia. Esta descendencia suele heredar las habilidades de sus progenitores para sobrevivir a los productos químicos, y es la que ha hecho que en la actualidad este tipo de tratamientos sean poco recomendados por pediatras y profesionales del sector.
Esta problemática, unida a la rápida reproducción e infestación característica de la pediculosis, nos obliga a aplicar tratamientos paralelos que aseguren la completa eliminación de los parásitos. Los más comunes suelen ser los seguimientos por medio de lendreras, y la aplicación de repelentes naturales, pero, ¿qué sentido tiene aplicar una solución si después tienes que completarla con otras?
Los champús y lociones no son recomendables, pues, debido a la poca eficacia de los tratamientos basados en los mismos. La probabilidad de tener que volver a aplicar una solución es muy elevada, haciendo que el problema vuelva a aparecer en poco tiempo.
El coste de los tratamientos
Los tratamientos basados en champús y lociones, sin llegar a ser una estafa, sí que resultan más caros que otras soluciones contra los piojos y liendres debido a que no es suficiente con un solo periodo de aplicación. La baja probabilidad de éxito hace que tengamos que volver a adquirir y aplicar la solución, aumentando el coste invertido en solucionar el problema.
La salud de los más pequeños
Sí, aunque no lo creas los champús y lociones antipiojos, que están accesibles en cualquier farmacia y que pueden aplicarse sin necesidad de saber nada sobre ellos, tienen efectos secundarios. Algunos de sus productos químicos, de hecho, dañan el PH del cuero cabelludo, mientras que otros son incluso peligrosos en caso de embarazadas.
El uso de productos químicos, entonces, resulta poco recomendable, sobre todo si la persona afectada es más propensa a este tipo de agentes externos (como sucede con los niños o las futuras madres).
¿Y qué se recomienda hacer contra los piojos y liendres?
Lo más importante es, como en casi todas las cosas, tener sentido común. No podemos olvidar casos como el sucedido hace alrededor de dos años donde un bebé falleció tras aplicar, por parte de su madre, un tratamiento de mayonesa y vinagre (donde, para aislar la solución, se utilizó una bolsa de plástico que terminó siendo la causante de la desgracia). Los tratamientos más recomendables son aquellos que garanticen la eliminación de la pediculosis, siempre y cuando el remedio no sea peor que la enfermedad. En este sentido la eliminación mecánica es la más adecuada por el equilibrio que representa entre la salud del paciente y la garantía de que el problema se termine solucionando.
Confiar en profesionales es una solución que garantiza quitar la totalidad de los piojos, pero la prevención también es una parte igual o más importante que, además, puede lograr a reducir la posibilidad de infestación de manera radical. Hacer inspecciones de piojos periódicas de calidad y seguir las recomendaciones básicas cuando hay peligro de contagio es muy importante para mantener el cabello sano y sin visitantes ‘indeseables’.
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