En una cosa estamos de acuerdo: de forma periódica nos envían los avisos en colegios e institutos de que hay una plaga de piojos. Y es en estos momentos, cuando nos planteamos cómo eliminarlos si nuestro hijo o hija termina cogiéndolos, cuando nos hacemos la pregunta del millón: ¿Cuánto sobreviven los piojos? ¿dónde viven cuando no están en nuestras cabezas? ¿Por qué vuelven a aparecer de manera periódica? En pocas palabras, ¿están los piojos y liendres escondidos en algún recóndito lugar esperando a que llegue el mejor momento?

Para poder entender dónde viven los piojos cuando no están en nuestras cabezas deberemos conocer, primero, cómo se contagian. Además, es muy importante saber cuál es el ciclo de vida de los piojos y liendres y, además, cuánto pueden vivir sin estar en un cuero cabelludo humano.

Entendiendo cómo se contagian los piojos

Ya hemos hablado sobre el contagio de los piojos en otros artículos como el de las siete maneras más habituales de contagio de piojos (te recomendamos que le eches un vistazo). Lo que debemos tener claro es que los piojos no saltan ni vuelan, por lo que cualquier contagio debe darse por contacto directo entre un pelo infectado de pediculosis y otro que no, o bien con prendas de vestir u objetos (cascos, gorras, etc.) que tengan a la plaga. En la página de Health Lice nos hacen un desglose (eso sí, en inglés) de estas cuestiones relacionadas con el contagio y el ciclo de vida de los piojos y liendres.

¿Cuál es su ciclo de vida?

ciclo de vida piojos

El ciclo de vida de los piojos sigue las siguientes fases:

  • Cuando son huevos: conocidos como ‘liendres’, es el momento del ciclo vital de los piojos en el que son más resistentes. Además, se encuentran adheridos al pelo por medio de un pegamento natural segregado por la hembra, haciendo que sea todavía más difícil que se separe del cabello. Este periodo dura entre ocho y diez días.
  • Ninfas: la siguiente fase de los piojos es cuando salen de la liendre. Todavía no son adultos, tienen que crecer, y se mudan de piel varias veces (hasta en tres ocasiones). Esta fase dura alrededor de diez días, y el piojo suele tener un color más claro que en su fase adulta.
  • Piojos adultos: es la fase en la que los piojos se reproducen. Dura alrededor de 28 días, tiempo durante el cual el piojo suele poner entre cincuenta y ciento cincuenta liendres. Se diferencian de las ninfas porque tienen un color más oscuro, característico de los piojos que solemos ver en imágenes.

Es en el momento en el que son adultos que los piojos pueden contagiarse, ya que en cualquiera de las otras dos fases no serían capaces de poner huevos e infestar un nuevo huésped (en el caso de las ninfas necesitarían contagiarse con más individuos).

¿Cuánto pueden vivir fuera del cabello humano?

Aquí está una de las claves: un piojo no puede sobrevivir fuera del cabello de un ser humano por más de cuarenta y ocho horas. Esto es muy importante, porque ya podemos descartar que se escondan en algún sitio de manera indefinida esperando a encontrar a un huésped. Si un piojo sale de su zona donde puede alimentarse se quedará esperando a que aparezca otro y, si no lo hace, a los dos días (o incluso antes) morirá por falta de comida.

En el artículo en el que comentábamos las formas de contagio hablábamos de la posibilidad de que los piojos se queden entre los pliegues de la ropa u otras prendas, siendo esta una de las maneras más habituales de expansión. Aunque esto es así, el contacto de esas prendas debe ser relativamente rápido (por ejemplo en un colegio al compartir gorras, bufandas o similares), ya que en caso contrario el piojo no sobrevivirá.

Entonces, ¿cómo mueren los piojos?

Los piojos, además de por causas derivadas de productos químicos agresivos como insecticidas, pueden morir por las siguientes razones:

  • Porque se termina su ciclo vital. Tras los veintiocho días como fase adulta los piojos terminan muriendo.
  • Por inanición. Los piojos no pueden estar sin alimentarse durante más de dos días.
  • Por falta de oxígeno. Los piojos no pueden sobrevivir si no toman el oxígeno del aire. A pesar de ello el agua no es una manera efectiva para eliminarlos porque, al igual que sucede con muchos otros insectos, se rodean de  pequeñas burbujas que les permiten sobrevivir en entornos líquidos durante varias horas.

Conclusión, ¿dónde viven los piojos cuando no están en la cabeza?

¡En ningún sitio! Los piojos no pueden vivir si no están en la cabeza de un ser humano. Aparecen periódicamente, sí, pero no de un escondite secreto. Ni siquiera, como ya hemos visto en otros artículos, son capaces de sobrevivir en el cuerpo de un ser vivo distinto al ser humano (en otro artículo ya tratamos si podían transmitirse los piojos de una mascota, como un perro, a un ser humano).

Por lo tanto tampoco cabe la posibilidad de que sobrevivan en otros animales como gatos o perros mientras ‘esperan’ a que puedan reproducirse en un ser humano. Debemos tener en cuenta que existen miles de especies de piojos, cada una de ellas adaptada a un medio distinto e incompatible con el resto.

Sabiendo lo anterior, y siguiendo con nuestra investigación, solo nos queda una conclusión: los piojos, cuando aparecen, lo hacen desde otra cabeza. ¡Exacto, siempre es otro niño o niña (o adulto, aunque suele ser menos habitual) el primero que lo contagia en un centro educativo! Lo que sí es cierto, y de ahí que haya momentos del año en los que la plaga se hace más patente, es que hay condiciones en las que los piojos y las liendres se sienten más ‘agusto’ y procrean y expanden con mayor facilidad.

¿Se puede evitar esta expansión?

La recomendación de los expertos es clara: un tratamiento a tiempo puede mejorar la salud no solo de la persona que está infectada, sino del resto de individuos que le rodean. Los beneficios de una erradicación de la pediculosis a tiempo son muy elevados, ya que el contagio disminuye y, por tanto, se frena la propagación.

En este sentido debemos ser muy cuidadosos, ya que el niño o niña no solo sufre los piojos físicamente sino también psicológicamente. Existe un rechazo social muy fuerte contra esta plaga, tratando -en la mayoría de ocasiones inconscientemente- a la persona infectada con miedo para no contagiarnos. Pues bien, numerosos pediatras como la Academia Americana de Pediatria y la Asociación Nacional de enfermeras de escuela de los Estados Unidos determinan que ningún niño, independientemente de que deba realizar un tratamiento, debe ser excluido de la escuela por esta razón.

Lo único importante desde este punto de vista es iniciar un tratamiento eficaz y controlado, a ser posible mediante profesionales, contra la plaga. De esta manera el niño o niña afectado no se sentirá excluido, pero tampoco propagará la plaga.